Al momento de nacer perdemos muchas de nuestras habilidades,
hay que recordar que venimos desde lo divino (sin importar religión);
nosotros somos capaces de cambiar las cosas a nuestro gusto,
sin embargo, al transformarnos en seres humanos olvidamos todo eso.
Dudas, confusión, indecisión...
son los ejemplos más claros de lo humanos que somos,
cuando sientas que te invaden, sólo mira al cielo,
respira profundo y pregúntate una vez más cómo lo resolverás.
En cada respiración permite que una parte de tu mente se libere,
deja que tus pensamientos fluyan como las nubes con el viento,
y ese pequeño rayo de sol que se asoma, es la respuesta que tanto buscas.
Si es por la noche, observa como la luna llena las nubes de claridad,
y así deja que tus ideas iluminen tu camino no seas como la luna,
porque sólo darás de vuelta alrededor de lo mismo... y verás cómo se pasan los días.
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